Por eso les digo: No se preocupen por su *vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? (VNI).
REFLEXIÓN:
La palabra que en español se traduce como “Afán” en el nuevo testamento es la palabra griega “merimnao, que significa “estar ansioso, estar distraído o tener una mente dividida”, en conclusión podemos decir que la preocupación es dividir la mente entre lo que vale la pena y es útil y lo que es dañino y destructivo. Detrás de una vida llena de preocupación lo que reina es la ansiedad y el temor a los acontecimientos futuros. En nuestros países la preocupación y la ansiedad se han convertido en unos de los causantes principales de las enfermedades cardiovasculares y han propiciado incluso hasta la muerte de millones de personas en todo el mundo. los infartos al miocardio son generados en su mayoría por desordenes emocionales y afectan de forma directa nuestra vida.
A continuación les presento la opinión de una Psiquiatra y psicoanalista de la (UNAN) Doc. Urbina Méndez: La historia de la Medicina indica que desde la antigüedad ha existido la preocupación por determinar la variedad de elementos que facilitan o desencadenan el infarto al miocardio. En la actualidad el ritmo de vida exige una aceleración en todas las actividades al grado de romper o debilitar el equilibrio del individuo. También es posible encontrar pacientes con ansiedad crónica, lo que afecta gravemente al organismo y ocasiona en algunos casos la muerte. La teoría de la ansiedad señala: que la acumulación de situaciones estresantes termina por resquebrajar el equilibrio físico y psicológico. Los mecanismos defensivos para mantener el control actúan aumentando las habilidades del individuo para reajustarse y reducir los riesgos que alteren dicho equilibrio. Los diferentes niveles de ansiedad provocan aumento de la frecuencia cardiaca y de la tensión arterial liberando catecolaminas, las que a su vez producen un incremento en el gasto cardiaco y vasoconstricción periférica por lo que aumenta el flujo sanguíneo tanto cerebral como cardiaco; en la esfera mental se desencadenan reacciones de ansiedad y de angustia en diversas escalas de intensidad. Los síntomas depresivos y la ansiedad predicen, a largo plazo, la mortalidad después del infarto. Las personas que tienen baja autoestima, graves sentimientos de culpa, rigidez de criterio, inflexibles, y pesimistas, son individuos más propensos a los problemas cardiovasculares.
Teniendo en mente el concepto de la preocupación y el punto de vista médico, es mucho más fácil comprender porque el Señor nos dice que no nos preocupemos por nada. En la palabra de Dios podemos encontrar cientos de versículos que nos exhortan a no estar afanosos por nada. Les comparto algunos que me han ayudado mucho en mi caminar con el Señor:
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Fil. 4:6)
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. (1 P 5:6)
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. (Mt. 6:33-34)
La mayoría de los infartos que se producen en el mundo, ocurren los lunes en la mañana a causa de la ansiedad y la preocupación por los problemas y situaciones que se acumulan en ese día. ¿Sorprendente no?
Muy interesante y alentador, y sobre todo lo que Dios nos dice amorosamente de que por NADA estemos afanosos. El sabe como somos de frágiles y vulnerables ante las situaciones de nuestro día a día.
ResponderEliminarHermosa palabra, los bendigo.
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