miércoles, 2 de junio de 2010

El Sacrificio

Img. crystallotus.com

1 CRÓNICAS 21:22-24

Entonces dijo David a Ornán: Dame este lugar de la era, para que edifique un altar a Jehová; dámelo por su cabal precio, para que cese la mortandad en el pueblo. Y Ornán respondió a David: Tómala para ti, y haga mi señor el rey lo que bien le parezca; y aun los bueyes daré para el holocausto, y los trillos para leña, y trigo para la ofrenda; yo lo doy todo. Entonces el rey David dijo a Ornán: No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio; porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me cueste.

REFLEXIÓN:

Este pasaje bíblico relata el momento cuando el Rey David quiso comprar la tierra de Ornán para construir un altar. Ornán la ofreció generosamente como regalo pero David la rechazó. El Rey quería ofrecer un sacrificio a Dios. La palabra *Sacrificio* implica dar aquello que le haya costado al dador algo de sí mismo. Dar a Dios algo que no cuesta nada, no demuestra sacrificio ni compromiso.

El Juicio que Dios demanda por su naturaleza divina y perfecta es la muerte a causa del pecado. En el antiguo pacto una persona podía ofrecer un animal en sacrificio para que por su sangre sus pecados fueran borrados, más sin embargo, el pueblo ofrecía sus sacrificios y se le olvidaba su significado. Este acto mostraba el acuerdo de seguir lo que Dios establecía pero sus corazones se habían endurecido a causa del pecado. Por esta razón, Dios en su magnificencia y su inmenso amor por nosotros, entregó a su único hijo en sacrificio para que todo el que en Él crea, no se pierda, más tenga vida eterna ver Juan 3:16.

¿Cuál es el sacrificio de seguir a Jesús?

Seguir a Jesús no siempre es fácil. Con frecuencia implica pagar un precio alto y un gran sacrificio. Muchas veces sin recompensa ni seguridad terrenal. Jesucristo nunca tuvo un lugar que pudiera llamarse hogar. Ver Mateo 19:21, 8:20. Seguir a Cristo puede significar perder la popularidad, amistades, tiempo de descanso, hábitos, dinero, etc., pero la recompensa de ser su discípulo es la inversión que repercute por la eternidad.

Reflexionando un poco en todo lo que Jesús hizo y de lo que tuvo que despejarse para que nosotros pudiéramos alcanzar la salvación, hace que de mí salga algunas actitudes que no son las más correctas, muchas veces he levantado mi voz de queja por algunas cosas que no salen como quisiera, pero pensando en el sacrificio que Él hizo por mí, me doy cuenta de que en Él lo tengo todo y realmente nunca me ha hecho falta nada.

Estudiando lo que significa el sacrificio, llega a mi mente una gran experiencia que tuve y quisiera compartirla con ustedes: Hace exactamente un año, realicé un viaje a la ciudad de Caracas-Venezuela para visitar a mi madre y compartir unos días con ella. Al segundo día de estar en casa, *y digo en casa, porque a pesar de que ya he hecho una vida en un lugar diferente no hay nada como la familia* me levanté temprano y mientras me dirigía a la cocina veo a mi madre cocinando para sus hijos, y le hice esta pregunta: ¿Mamá todavía haces esto todos los días? Y ella con lágrimas en sus ojos me dijo; Hijo después de la muerte de tu papá, esto es toda mi vida, en ese momento nos abrazamos y lloramos juntos, mi corazón se conmovió de tal manera que no pude emitir una sola palabra, allí entendí lo que significa el sacrificio, mi madre decidió morir a su propia vida para que sus hijos tuvieran una vida. Esto mismo fue lo que hizo Jesucristo por nosotros, Él decidió entregar su propia vida en sacrificio para que Tú y Yo viviéramos *No es esto conmovedor*

SABÍAS QUE???

El Apóstol Pablo mientras vivió dijo esto: Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo. Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo9 y encontrarme unido a él. Fil. 3:7-8 VNI

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