En el octavo mes del año segundo de Darío, vino palabra de
Jehová al profeta Zacarías hijo de Berequías, hijo de Iddo, diciendo: Se
enojó Jehová en gran manera contra vuestros padres. Diles, pues: Así ha
dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice
Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de
los
ejércitos. No seáis como vuestros padres, a los cuales clamaron los
primeros profetas,
diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de
vuestros malos
caminos y de vuestras malas obras; y no atendieron, ni me escucharon,
dice
Jehová. Vuestros padres, ¿dónde están? y los profetas, ¿han de vivir
para siempre? Pero mis palabras y mis ordenanzas que mandé a mis siervos
los profetas,
¿no alcanzaron a vuestros padres? Por eso volvieron ellos y dijeron:
Como
Jehová de los ejércitos pensó tratarnos conforme a nuestros caminos, y
conforme
a nuestras obras, así lo hizo con nosotros. Zacarías 1:1-6
Zacarías era un profeta que tenía como misión alentar por
medio de la palabra profética al pueblo que ya había sido liberado de la
cautividad de babilonia para que continuara con la reconstrucción del templo
que llevaba paralizada 15 años debido a la apatía y a las presiones de sus
enemigos.
Esta es una sección de la Biblia que revela de manera
sorprendente la forma como Dios habla a su pueblo y de cómo opera para que sus
propósitos se cumplan en nuestra vida. Este gran libro encierra una sabiduría
tremenda, comenzando por el nombre de su autor, cito el primer versículo:
1:1 En el octavo mes del año segundo de Darío, vino palabra
de Jehová al profeta Zacarías hijo de Berequías, hijo de Iddo,…
¿Sabías que estos nombres revelan una de las maneras de como Dios actúa para que sus propósitos se
cumplan en nuestra vida? El nombre “Zacarías” significa; Dios Recuerda, “Berequías”;
Dios Bendice e “Iddo”; El tiempo Fijado, sorprendente no? parafraseando podemos
decir que; Dios siempre tiene presente que somos sus hijos por encima de nuestros
pecados e iniquidades y nos recuerda las consecuencias que pueden sobrevenir si
no prestamos atención ni escuchamos su palabra. Continuamente está presto a bendecirnos en el tiempo que Él tiene establecido si nos
arrepentimos de nuestros pecados y nuestra mala manera de vivir.
Desde que el pecado vino al mundo el ser humano siempre ha
tenido la tendencia de revelarse en contra de Dios y hacer su propia voluntad,
El Señor conoce esta tendencia es por esa razón que en muchas ocasiones da
ejemplos de las consecuencias que generaron las desobediencias de nuestros
antepasados para que podamos comprender de manera clara que nos puede venir si desobedecemos
su Palabra. Para él sería mucho más fácil decir; Obedezcan porque yo soy DIOS, pero como es un Dios de amor siempre
tiene una manera especial de tratar con nosotros, además, la obediencia a Dios
siempre es recompensada de mil maneras de su parte, ¿el simple hecho de ser
salvo y librar nuestra alma del infierno no es un gran premio? Realmente lo es.
¿Porque esperar que la palabra de Dios se cumpla de manera visible para
obedecerla?
En muchas ocasiones he tomado decisiones equivocadas que han
traído consecuencias muy desagradables para mi vida, pero al final analizo en
retrospectiva y he tenido que decir como dijo el pueblo Judío; Como Jehová de
los ejércitos pensó tratarnos conforme a nuestros caminos, y conforme a
nuestras obras, así lo hizo con nosotros (V.1-6). hoy en día puedo ver que es mil
veces mejor obedecer su palabra con fe que hacer mi propia voluntad y sufrir
las consecuencias, aunque su mano misericordiosa, sus bendiciones e inmenso
amor me ha acompañado, es mucho mejor disfrutar de todo esto siendo obediente
que no hacerlo, doy un ejemplo para que se comprenda mejor: Un joven que sea
desobediente a la instrucción de su padre cuando le dice: hijo hoy no llegues
tarde, no te juntes con fulano de tal que es mala compañía para ti, no bebas
porque el licor arruinará tu vida, no fumes porque lentamente morirás, etc.. y
él decide hacer todo lo contrario, por supuesto que acarreará consecuencias
¿Cierto? Pero si luego de todo esto el joven llega a casa y le pide un plato de
comida al padre ¿se lo negará? Verdad que no? O dejará de amarlo por haber
desobedecido a su instrucción? Ahora ¿El padre le regalaría un carro nuevo por
su desobediencia? De ninguna manera, quizás lo castigue por un tiempo, o le
quitará algunos privilegios pero nunca le negará el pan y mucho menos dejará de
amarlo. Bueno así es nuestro Dios con nosotros, puede que seamos rebeldes, que
pequemos contra Él, que no obedezcamos a su instrucción “La Palabra de Dios”,
de igual forma nos amará y nos bendecirá con el pan nuestro de cada día, pero
lo que si es seguro es que nunca nos pondrá en un lugar de mayor bendición a
menos que “Volvamos a Él” sencillamente porque la obediencia, genera
disciplina, la disciplina forma el carácter , y el carácter hace ver que eres alguien en quien se puede
confiar.
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